lunes, 18 de julio de 2011

Viñetas traslúcidas de un pasado que no debemos olvidar



Con la concreción del Proyecto FONDART “Relatos de Quillota en Vitraux Centro Cultural Estación”, concebido y desarrollado por el destacado maestro artesano y artista vitralista sampedrino Julio Fuentes Estay, asistimos a un significativo hito en el devenir artístico comunal tomando en consideració
n sus peculiaridades y alcances:

En primer lugar, respecto a la materialidad destacamos la total vigencia y esplendor del vitraux como soporte expresivo -a más de un milenio de su incorporación como elemento arquitectónico-; sumándose, junto a la cerámica, a la gama de expresiones artesanales de excelencia locales. Sin duda estos vitrales son el primer paso para el anhelado centro del vidrio regional con sede en nuestra comuna.

Segundo, por la temática tratada en cado uno de ellos, que otorga contexto al placer estético generado por la traslúcida gama cromática proyectada por el mosaico de vidrios; constituye en sí misma, testimonio de historias tan nuestras como olvidadas: un extraordinario aporte al proceso de rescate identitario.


Finalmente, destacamos la coherencia del proyecto, desde su génesis, conceptualización, diseño y construcción, que finalizará en un futuro próximo con la instalación de estos vitrales en la recuperada Bodega de Granos de la ex Estación Quillota, en donde se levantará el futuro Centro Cultural que llevará su nombre; todas iniciativas financiadas por el Consejo de la Cultura y las Artes, en una perspectiva consecuente y sólida, en lo que a rescate patrimonial se refiere, y que producirá, junto a los proyectos generados desde la gestión municipal, una sinergia entre las renovadas Plaza de Los Ceibos y Feria Sargento Aldea, dando nueva vida desde la perspectiva del siglo XXI a un espacio recuperado desde el pasado.

ARTISTA DEL VIDRIO

Julio Antonio Fuentes Estay, pasó de agricultor a artista del vidrio. Han transcurrido 12 años desde sus inicios en el arte del vitraux. El año 2008 ganó un concurso Fondart Nacional. Viajó a los EE.UU. a especializarse, producto de esto, sintió la necesidad de retribuir de modo que su trabajo pudiera ser apreciado por toda la comunidad.

EL PROYECTO







Julio Fuentes se entera del proyecto Centro Cultural “Estación Quillota” y se propone instalar algún vitraux en el edifico. Investiga y recurre nuevamente a un Proyecto Fondart el año 2009. Así nace la idea de entregar a la comunidad una serie de vitrales de nivel superior, donde la luz y el color brinden un mensaje propio. Por dos años, en la materialización del proyecto trabajaron su madre Teresa Estay, quien lo acompaña desde los inicios de Vitrales JF, y Cindy Alegría Valenzuela, vitralista, quien se incorporó al equipo de trabajo para la concreción del proyecto.

La obra reúne un acabado conocimiento y comprensión del entorno, donde el artista se encuentra inmerso, lo que le permite entregar una obra plena de belleza, armonía e identidad local, que, según Fuentes, “prestigia el quehacer de nuestros artistas y artesanos al sumarse a una muestra permanente que nuestra ciudad podrá apreciar con orgullo, tanto a nivel nacional como internacional”. Por otro lado, recalca que “al mirar los vitraux existentes en nuestro país, se hace evidente la carencia de identidad local en su temática. Muchos han sido importados o realizados por artistas foráneos, que no muestran nada de lo nuestro. Este es un importante tema pendiente, para quienes trabajan con la magia de los cristales y la luz”...

LA OBRA






La obra consta de 6 vitrales, cuyas medidas son 2,70 m. de alto x 1,50 m de ancho, cada uno, ocupando una superficie total de 22,5 m2.

Sin duda se trata de una notable selección de viñetas, a modo de prólogo para un relato gráfico de nuestro riquísimo patrimonio histórico literario: En “Leyenda de El Loco Eustaquio”, asistimos al sublime momento, relatado por Zorobabel Rodríguez, cuando Mario junto a su leal can se arrojan al torrentoso Aconcagua que flanquea furioso al Mayaca, peñón en que se refugió el desdichado amante. “Procesión de El Pelícano” revive la añorada gran festividad religiosa quillotana, de raíz colonial, que tuvo triste final con la destrucción de la imagen tallada por el anónimo preso en el terremoto de 1906. “Cultura Ancestral” ilustra la fuente principal de alimentación, las casas habitaciones, ritos funerarios y técnicas alfareras que conformaron el modo de vida de nuestros pueblos originarios que habitaron en nuestro valle a la sombra de los cordones de la cordillera de la costa. “Estación Quillota”, resume la esencia de un pasado añorado cuando con la llegada del ferrocarril -encabezado por las máquinas a vapor, la serpiente de oro y los automotores italianos-, dieron empuje, vida y sello a un barrio que fue y será parte fundamental de nuestras vidas. “Beatita Benavides” es el homenaje a una de las figuras señeras en forjar el carácter solidario de nuestra comuna: María del Carmen Benavides y Mujica la mujer de noble familia que da sentido a su existencia entregando sus bienes y vida la servicio del prójimo. Finalmente, “Batallón Cívico de Quillota” salda la deuda pendiente con aquellos olvidados patriotas que partieron al norte a luchar enarbolando la bandera hace ya 130 años.

LA TÉCNICA

Cada vitraux consta de cuatro secciones, con el objeto de mejorar sus estructuras. Por razones de costo y calidad de materiales, se hizo necesaria la importación de materias primas desde los Estados Unidos.

En la confección se trabajó la técnica medieval denominada “grisalla”, cuya principal característica es la de pintar a través de la luz, dando sombras y volúmenes, proceso en el que se funde el vidrio con la grisalla, asegurando la permanencia incólume de la obra a través del tiempo.

Para el ensamblaje de los diversos elementos del vitraux, se utilizaron dos técnicas: perfil de plomo y cinta de cobre. Además, todas las piezas de vidrio se unieron con soldadura de estaño, a fin de asegurar la buena estructura y que perduren en el tiempo.

Para la realización del delicado trabajo de confección fueron utilizados en pleno todas las herramientas e implementos del taller de Vitrales JF: tres hornos eléctricos, cada uno capaz de alcanzar 1200º Celsius; tres máquinas pulidoras de vidrio; juegos de cortadores y alicates; cautines; sierras eléctricas para cortar vidrio; soldadura al arco y soplete oxi-gas; además de un ácido especializado para matear el vidrio.


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